Este 2020 ha sido un año con muchos desafíos agregados por la realidad del Covid-19. En cierto modo nos está ayudando a redimensionar muchos aspectos de nuestro existir y con el correr del tiempo, seguramente, vamos a dimensionar más claramente su impacto en nuestro quehacer teológico, eclesial,
educativo, etc. En la quinta entrega de nuestra revista presentamos cuatro artículos que vienen de la mano de nuestros profesores y ex profesores de la Facultad de Teología. Nuestro compromiso con esta revista teológica es poder promoverç espacios continuos de valoración, reflexión y amor tanto hacia
Dios como hacia su Palabra.


En el primer artículo, Víctor Gómez nos invita a prestar atención a los elementos centrales del Cristianismo como el “amor a Dios y al prójimo [que] son la base de la fe y deben ser manifestados plenamente en una situación” como de la pandemia de Covid-19 que estamos experimentando. Víctor concluye afirmando que situaciones de crisis como estas nos dan “una oportunidad única de comprender a cabalidad que se necesita de los hermanos para vivir a pleno el cristianismo, y un hermoso desafío de perfeccionar y enfocar adecuadamente el amor al prójimo.”

En el segundo artículo, Delmer Wiebe nos desafía a reenfocar nuestro entendimiento de liderazgo afirmando que los términos “como πρεσβύτερος (presbyteros) o ἐπίσκοπος (episcopos)” enfatizan la idea de servicio. Aún más que la idea de liderazgo de servicio “siempre prevalece sobre otros aspectos del liderazgo, como son autoridad o responsabilidad.”

En el tercer artículo, Rafael Zaracho nos anima a ser una comunidad alternativa que se constituye como un balbuceo de esperanza para nuestra sociedad quebrada y desintegrada. Este balbuceo de esperanza se nutre de y se orienta a la luz de la vida y el ministerio de nuestro Señor Jesús. Es una invitación a ser los agentes o la presencia de Dios en nuestros diferentes contextos.

Eduardo Sánchez nos ayuda, en el cuarto artículo, a apreciar el legado y aporte del “Sínodo de las Iglesias Reformadas realizado en Dordrecht”. Eduardo afirma que este sínodo puede darnos pistas y servir de “buena orientación para la Iglesia… [de] hoy” con el fin de “ejercer su ministerio en un contexto de crisis”. Eduardo termina con algunos importantes aportes de este sínodo para nuestra tarea eclesial-teológica tales como: “escuchar a varios sectores, entender la importancia del dogma y la dogmática, no temer en señalar los errores, no rehuir temas difíciles, y priorizar la catequesis por sobre la discusión
meramente académica”.

Nuestro deseo y oración es que estos artículos puedan ayudarnos a experimentar y proclamar el amor y la misericordia de Dios. Además, es nuestra esperanza que como comunidades de fe podamos crecer en el proceso de escucharnos atentamente unos a otros. Aún más, que podamos crecer en nuestra escucha
activa y atenta a Dios en el proceso de ser guiados por su Espíritu para Su pueblo.

Rafael Zaracho

Publicado: 2020-12-02