La comunidad de discernimiento como paradigma para la continua reforma

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Dr. Rafael Zaracho

Resumen

Como miembros de una comunidad de fe o denominación por lo tanto, podemos tener la confianza de ofrecer y compartir con los otros cómo nuestros énfasis (anabautista, en mi caso particular) de conocer y seguir a Jesús pueden añadir matices y sabores a la mesa redonda cristiana a medida que nombramos y celebramos la gracia y la obra de Dios en y a través de nuestras comunidades.


Como herederos de la Reforma se nos invita a crear y promover actitudes de vulnerabilidad e interdependencia como seguidores de Jesús al buscar y permitir ser guiados por el Espíritu a la luz de nuestra rica tradición bíblica, histórica y teológica. Al honrar los círculos de discernimiento estamos reconociendo la necesidad de confiar en los demás y el valor (y diversidad) de los dones de cada miembro que participa en el proceso de discernimiento. Como discípulos estamos reconociendo la presencia permanente y la obra del Espíritu en y a través de nuestros círculos de discernimiento. Estamos reconociendo y asumiendo, además, nuestra responsabilidad personal y comunitaria en discernir maneras apropiadas de conocer y seguir a Jesús en nuestro caminar comunitario y en el proceso de convertirnos en comunidades de gracia y reconciliación. De esta forma podemos ser una comunidad al servicio del Reino y podemos afirmar que Ecclesia reformata, Semper reformanda secundum Verbum Dei y por medio de las comunidades de discernimiento.

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Sección
Artículos